viernes, 8 de enero de 2010

El juez

Silencio, habla el pensamiento, juez sentado en las entrañas prepara la mordaza.
Así las señas de la tierra;en su centro el juicio y la sentencia.

domingo, 3 de enero de 2010

MI CIELO

MI CIELO


Mi pueblo es un pedazo de tierra seca; desierto perdido, tan desolado que su pobreza se duplica, pareciera como dicen; de fantasmas habitado. La tienda y la cantina cumplen todos los servicios; los domingos los muchachos se dedican canciones que rompen el silencio de los días comunes. Una camioneta canta por sus altavoces.

Como si fueran accesorios; reconozco al tendero y al borracho, y a la muchacha bonita que para mi suerte siempre me mira. A veces no quisiera ir pa’lla, sé que mi madre y esa muchacha son lo único que me hace regresar, o quien sabe por qué.

Cuando pasa el tiempo y estoy en la ciudad, instintivamente me sacudo el pantalón y a mi reflejo le falta el sombrero para protegerme de su sol intenso y al aire fuerza para silbar y bailar girando sobre la punta de su pie. Poco a poco detiene su danza vertiginosa y deja gris el paisaje y siento que mi cuerpo se comprime.

Por las noches en el pueblo no duermo, me colmo del frío que a través de las tablas de mi casa se deja filtrar y así tengo el pretexto para contarle a mi perro del contraste que hay entre nuestro pueblo y la vida de por allá.

Al amanecer me nutre el cielo y después, satisfecho duermo sobre el árbol que es mi silla natural.

Lástima que tuve que irme, y es que mi madre esta muy sola, yo también la deje porque mi pueblo solo tiene una calle y mis pies anhelaban conocer nuevos senderos . A veces creo acostumbrarme a las luces de la gran ciudad y a los enormes sopes que saben a dulce y me llenan tanto que me hacen olvidar. Ya no tengo amigos; ni aquí ni allá, me confundo con el pos y el what por igual, cuando voy pa’l pueblo siento que un pedazo de cielo, de un cielo muy pobre es mío y de nadie más.

LETICIA DÍAZ GAMA
LARA GAZDAM.

LA ESFERA ENGAÑOSA

LA ESFERA ENGAÑOSA


Llegas, te haces visible, dueña de todos. Del niño flexible y del anciano de huesos porosos; perfecta anfitriona, tu sonrisa es mortal rictus, que contiene la efímera vida; cruzada de brazos observas la estancia. La gente emite sonidos confusos, dolor y miedo los une y en el centro se encuentra el niño que la muerte ha elegido, luce su traje de domingo; ya no hay viento que lo despeine, tiene limpias las rodillas y sus zapatos no enlodan el piso. Muy cerca una mujer delira. A veces le habla quedito al oído y otras reclama a gritos crispando las manos: ¡No te salgas, Dios mío que hiciste!

Es media noche, todos se han ido, solo la acompaña la muerte y el miedo; hay luto en la casa, la puerta esta cerrada con la aldaba para que el niño no salga. La madre no quiere que su hijo corra en la calle, mientras ella friega el piso y un sueño la distrae. Ahora se pregunta por qué su niño duerme en una caja ¿Dónde está tu cama mi amor? Mañana no saldrás, pero el niño ya se ha ido, prefiere seguir a la muerte que lo llama sosteniendo en las manos “LA ESFERA ENGAÑOSA”

Leticia Díaz Gama Lara Gazdam.