lunes, 1 de diciembre de 2014

TU Y YO


TÚ Y YO

 

Desde la ventanilla del camión puedo ver  mi recorrido: un trozo de tiempo que me toca; la calle de un sábado donde tu vida y la mía deambulan; la cinco de mayo que se abre a tu paso.

Los suspiros se enredan en la arboleda…

 

Llegaré caminando del Paseo Bravo y por la Reforma al encuentro con tu alma.

 

¿Te has desviado? seguro pasas primero con el Señor De Las Maravillas.

Pídele el milagro.

 

De fierro forjado la banca donde  tú y yo refrendamos el encuentro.

 

 Llueve desde abril…

 

Un charco se empeña en despegar las suelas de mis zapatos.

 

LETICIA DIAZ GAMA

Muerte de la conciencia


LA MUERTE DE LA CONCIENCIA

 

Pájaros con picos de navaja

hurgan sobre greñas encrespadas

abren huecos en el porvenir

taladran la tierra fértil

sacan las raíces

dejan inservible al sol

 

los días ya no se cuentan

no cuentan 

desamparo en la ciudad

 

la arboleda se extingue

sepultada por avalancha de concreto

 

Sodoma y Gomorra

Barrio de los sosos

 

el gueto se extendió sin disimulo

los insaciables arañan las paredes

vacían sus vientre distendidos

en los caminos a sí mismos

 

el diablo los visita y

es recibido sin bonanza

con el caldero vacio

con la estopa en la boca

con el humo en la cara

 

aberrados se comen los deseos

abren la bocaza y vomitan los espejos

el festín es un todo viernes

 

giro irremediable

las cabezas se desprenden

como globos se alejan más allá del aire

 

para el chacal no hay nada

mascota inadvertida

 

todo se repite

la eyaculación para un solo molde

fertiliza testaruda plaga

 

rostros invisibles

han olvidado su potencial semejanza

no saben del retorno

 

la vida dista de ser maestra

deja su huella  y al instante

la calzó la nada

 

 su hijo es el  hereje

sangre de entenado

la historia empieza desde su propia muerte

 

navaja de mariposa

en el pecho su funda ignominiosa

con ella se escarban los ojos

para ignorar al que no quieren invocar

 

ciudad herida que chorrea hijos purulentos

lo que comen no sacia el apetito de la muerte

ella desdeña lo inherente

 

alma inerme que flota, asciende y se arrastra

de inútiles significaciones

paria ante sí y espejo roto en el otro.

 

LETICIA DIAZ GAMA